Nunca es tarde para hacer Actividad Física
Durante mucho tiempo, la sociedad e incluso el mundo de la salud, ha subutilizado una herramienta extremadamente eficaz frente a una larga serie de enfermedades. Herramienta capaz de prevenir e inclusive mejor, con pequeñas dosis diarias, varias áreas y funciones corporales a la vez. También actúa con éxito y sin efectos secundarios en aspectos tan difíciles de tratar, como lo es el trastorno del ánimo.
Lo más impactante de todo es que esta herramienta es totalmente gratis. Su nombre… ¡¡¡el ejercicio físico!!!
Hoy en día, en donde nuestra población envejece a un ritmo acelerado, incluso más rápido de lo que lo hicieron los países desarrollados europeos, y en donde las enfermedades crónicas no transmisibles son la nueva pandemia que afecta el mundo, resulta trascendental buscar soluciones efectivas y eficientes. Es por esto que el ejercicio y la actividad física está tomando cada vez más importancia dentro de las estrategias de salud y la gente día a día está más consciente de sus beneficios.
Según el Instituto Nacional de Envejecimiento, el ejercicio y la actividad física se deben dividir en cuatros categorías básicas: Resistencia; Fuerza; Equilibrio y flexibilidad.
Algunos ejemplos para realizar estos:
Resistencia:
Caminar rápido o jogging
Trabajo de jardinería (cavar, rastrillado, etc)
Bailar
Fuerza:
Levantar pesas
Usar bandas elásticas
Usar el peso del propio cuerpo
Equilibrio:
Mantenerse sobre un pie
Caminar “talón-punta”
Tai Chi
Flexibilidad:
Elongación de musculatura de extremidad superior y cuello
Elongación de musculatura de extremidad inferior
Yoga
Resulta fundamental que antes de practicar algún tipo de actividad física formal, la persona sea evaluada por un médico, de manera de descartar cualquier riesgo.
¿Cómo comenzar?
En un comienzo Intente con tres días a la semana, en donde puede realizar (Día 1) Ejercicios de resistencia o aeróbico; (Día 2) Ejercicios de fuerza para extremidad superior y (Día 3) Ejercicios de fuerza para extremidad inferior. Sin olvidar incluir, actividades de elongación.
Las sesiones no pueden durar menos de 30 minutos, siendo ideal 60 minutos para lograr efectos de forma eficaz.
Cuando se trata de motivación y crear una rutina de actividad física, las primeras semanas son cruciales, para esto puede ser útil contar con un(a) compañero(a) de actividades, ya que se apoyarán mutuamente cuando los ánimos estén bajos y existirá un mayor compromiso por parte de ambos.
¿Qué lograré con todo esto?
Entre los beneficios que aporta el ejercicio en la población mayor está; el aumento de la fuerza muscular, mejora en el equilibrio, mejora en la flexibilidad de las articulaciones y la coordinación. Además, tiene efectos favorables sobre la tensión arterial y reduce el riesgo de cardiopatías, osteoporosis, diabetes, caídas e inclusive determinados tipos de cáncer.
Pero no sólo efectos físicos, ya que se ha demostrado que existe una mejora en las funciones cognitivas de los sujetos activos. Esto quiere decir que los procesos cognitivos son más rápidos y más eficientes gracias a la mejora de la circulación cerebral.
En definitiva, la edad no es un obstáculo para comenzar a moverse y aprovechar los beneficios de esta actividad, por lo tanto, ¿Qué espera?